Me gustaría aportar información adicional sobre el tema de la violencia de género que me parece de gran interés para todo, y que se inició en clase, pero no pudimos continuar:
En clase, la profesora hizo referencia a cómo el caso de la violencia de género va en aumento, por lo que comencé a cuestionarme el por qué.
En un primer momento pensé que todo se debía al aumento de la información sobre el caso, es decir, a que hace algunos años este tema era tabú, por lo que la mayoría de mujeres que vivían esta situación no la contaban, y el caso quedaba oculto, pero que en la actualidad se está consiguiendo sensibilizar cada vez más a la población sobre la violencia de género, lo que está teniendo como resultado que cada vez más mujeres denuncien esta situación.
Pero no se debe a esto, sino que, si profundizamos en el momento actual, en la época en la que vivimos, podemos apreciar cómo el prototipo de hombre que se vende de cara a la galería es el de un hombre cuya actitud puede encajar perfectamente en la de un maltratador: un hombre rudo, basto, fuerte, que se imponga a los demás, que pueda proteger a la mujer y su hogar, que sea el “machito” del grupo… es decir, con unas características físicas, y en muchas ocasiones psicológicas, que pueden resultar violentas. Debido al desarrollo de este prototipo nos encontramos como cada vez más, las jóvenes prefieren a este tipo de hombres, reemplazando el canon anterior, que era el de un hombre maduro, sensato, sensible, atento, cariñoso… Esto hace que este prototipo se desarrolle cada vez más entre los jóvenes, dando lugar a que se generalicen los comportamientos violentos, ya que se entiende que éstos son los que gustan.
Todo esto no es cuestión de opinión, sino que es lo que cada día podemos ver en la sociedad, y un claro ejemplo de ello lo encontramos en los colegios e institutos, donde aquellos que tienen estas características son los más admirados por las jóvenes.
A pesar de que esto parezca inofensivo no lo es, ya que esta actitud tanto de mandato y superioridad por parte del hombre, como de sumisión e indefensión por parte de la mujer, que se muestra tras las espaldas de un hombre de este tipo, puede desarrollar en el joven un sentimiento de posesión de la mujer, que como hemos visto anteriormente, puede ser un claro caso o ejemplo de violencia de género, y que más tarde podría convertirse en maltrato físico en el caso de que se intente cambiar la perspectiva de esa relación.
Es por ello que debemos sensibilizar a la sociedad, y sobre todo a los jóvenes para que entiendan que estos patrones no son los más adecuados ni correctos, y desvincular de las mujeres la idea de que un hombre con estas características es lo mejor que pueden encontrar o alcanzar, ya que sin darse cuenta, en muchas ocasiones, pueden estar metiéndose en “la boca del lobo” solo por una cuestión de moda.
Sabía yo que algo más ibas a poner...
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